viernes, diciembre 30, 2005

ASESINOS NATOS:Waiting for the miracle

Asesinos Natos.
(Natural Born Killers)
D.: Oliver Stone.
G.: David Veloz, Richard Rutowski y Oliver Stone segun una historia original de Quentin Tarantino.
I.: Woody Harrelson, Juliette Lewis, Robert Downey Jr., Tommy Lee Jones, Tom Sizemore, Ashley Judd, Yared Harris, Russell Means, Rodney Dangerfield, Pruitt Taylor Vince, Steven Wright, Balthazar Getty.
Duración.: 114 minutos. Color / Blanco y negro.

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Hay films que son odiados y amados a partes iguales. Que arrasan en su día entre la crítica mas o menos moderna, y que se convierten en objeto de odio por los sectores más conservadores, según las excepciones. Y me sorprende que el film que se me presenta haya sido tachado en USA, tierra de la hipocresía moral, de inmoral, amoral, violento, gratuito y demás. Porqué tal y como han señalado muchos, lo que hay aquí es una sátira en toda regla. Y como cualquier sátira, en el sentido estrictamente clásico, con un mensaje en el fondo moralista.

Supongo que es fácil dejarse llevar por las imagénes (y que imagénes) de esta pieza. No se exactamente si considerarla cine. Lo digo porque en demasiadas ocasiones el termino cine se asocia con el cine convencional. Esta película es mitad cine experimental, mitad modernez, mitad pieza de videoarte. Al menos a mi los primeros cuarenta y dos minutos me parecen estéticamente videoarte puro y duro. Se trata de una descarga efectista de imagénes unidas por una vaga excusa argumental , de imaginación inabarcable, trabajadísimo montaje (el gran acierto), y sobrada inteligencia, acompañadas por una sonoridad imperante. Pero que fondo sonoro señores. Leonard Cohen, Bob Dylan, Cowboy Junkies. Música de altura.

Los modernistas, como Gaudí, siempre insisten en que para ser moderno hay que regresar a los clásicos. En realidad, el fondo de Asesinos Natos es el más clásico de toda la vida. Una denuncia en toda regla. Lo que ocurre es que la estética adrenalítica se puede tomar en exceso. Es excesiva, de hecho es lo que pretende. Retratar la visión del autor sobre un mundo donde hasta la locura puede ser una estrella del rock and roll. La historia es la de Micky y Mallory Knox. Ambos de infancia trágica y maltratada. Inician su peculiar venganza contra el mundo, y su descenso a los infiernos, asesinando a más de 50 personas, en poco tiempo. Convertidos en ídolos mediáticos por Wayne Gale un amoral presentador de la televisión, de un programa American Maniacs que identifica claramente el sensacionalismo y el miedo que dominan USA. Encerrados en la prisión por Jack Scagnelli, un detective tan peligroso como ellos, Gale consigue entrevistarlos, y ya se han convertido en figuras mundiales.

El film es toda una patada de las que duelen al corazón moral de USA. Es prácticamente un estilo de sátira similar al que practica David Fincher con El club de la lucha. Pero esta vez solo al nivel norteamericano, Oliver Stone denuncia cada una de las inmoralidades y barbaridades que comete USA creando una violencia que pretende denunciar. El primero de sus blancos. Mickey y Mallory son dos personas patéticas. Ambos han sufrido la violencia desde la infancia. Mickey era frecuentemente maltratado por su padre. Él sacó a la joven Mallory de una familia rota, donde su padre la violaba por la noche, y veia el alchoholismo de su madre. La sociedad les da la espalda, pero aplaude con cierto morbo sus atrocidades. Les prestan atención. Pero Stone no olvida que son patéticos. Wayne Gale, presentador pretendidamente democrata (en el sentido de que es del Partido Democráta) de izquierdas y liberal. Se dedican a vender la violencia y a repartir el miedo en sus hogares. Nadie mejor que Robert Downey Jr. para encarnar ese estamento de la sociedad que se esconde en el filo de la doble moral para encarnarle. Después esta "La Ley". El detective Jack Scagnelli, que mata prostitutas, y que tiene una peligrosa obsesión con Mallroy Knox. Un masoquista y torturador también desequilibrado por el asesinato de su madre a los nueve años. El alcaide de la cárcel donde estan los Knox, Dwight McClusky. Un fascista obsesionado por la violencia que morirá abrasado por la misma contundencia con la que tortura a estos presos. O la juventud que manipulada por los mass media adora a los asesinos. Los retratados (quizá la generación grunge) se muestran como jovénes perdidos, y que buscan su escapada outsider en ellos dos.

Todo éste sadismo y crueldad que contiene el film es extremo. Pero también cabe señalar que Stone no va hacernos desagradable la visión del film. Se encarga de suavizarlos en cierta manera y en no caer en que las imagénes se hagan insoportables. Es un film muy violento pero también muy estilizado. La estética del film merece un punto y aparte. Stone experimenta completamente con el lenguaje cinematográfico, y cuenta con dos montadores Hank Corwin y Brian Berdan excelentes que le sincronizan este carrusel de imagénes que es el film. El lenguaje cinematográfico que propone éste film es una mezcla de muchos otros, de ahí su señalado carácter experimental. Muchas veces hace eco al cine de los años setenta, con esas imagénes estéticamente deudoras (también rinde homenajes a esos films de estética sucia de Craven, Hooper), también utiliza un blanco y negro desmesurado (intencionadamente) para jugar también con el uso de la estética televisiva (de los programas que parodia y denuncia ) , de la publicidad, del videoclip, e introduce miles de imágenes (una especie de cóctel) incluyendo parcelas de imaginación. Todo esto se hace para retratar el ambiente enfermizo y de locura que supone el film. También juega con las sitcom. Es increíble el trozo en que se rueda como si de una sitcom se tratase, el clima familiar donde crece Mallory, con un Rodney Dangerfield alejado de sus payasadas habituales, encarnando al prototípico padre de familia pederasta, alcholizado y tiránico. También en éstas imagénes se respiar cinefilia. Y detalles, pequeños, que solo con las revisiones a cautela podremos ir viendo. Grupo Salvaje, Scarface, La naranja mecánica son sólo algunas de las piezas que Stone homenajea por el camino.

Los actores estan excesivos y geniales. Desde los dos protagonistas unos apoteósicos Woody Harrelson y Juliette Lewis, hasta el siempre genial y ya citado Downey Jr., sin olvidarnos de unos muy divertidos Tommy Lee Jones y Tom Sizemore encarnando a la América violenta y fascistoide de las placas y las pistolas.

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Es lógico que al acabar el film uno quede un tanto mareado por esta sucesión vertiginosa, pero no se le puede negar que es increíblemente aboserbente, fascinante, y divertido. Porqué amigos míos, a pesar de sus excesos (que los tiene) Asesinos Natos es una cronometrada joya de culto, cuidada hasta el máximo a nivel estético con un estupendo mensaje de fondo. Un film que supone toda una experiencia para el espectador, y que no va a dejar indiferente a nadie con ese impetuoso espíritu netamente posmoderno. Y de banda sonora impecable por cierto. La banda sonora es lo único que sus máximos detractores quizá salven.

Puntuación.: 9.

2 comentarios:

John Trent dijo...

Hace mucho que vi esta pelicula tan polemica y no me termino de convencer. Quizas se merece un nuevo visionado y puede que cambie mi parecer. Oliver Stone es un director muy a tener en cuenta y el estilo que utiliza en esta peli le quedo mejor, creo yo, en Giro al infierno ( esta si que me parece buenisima), que lo utiliza sin llegar a excederse en el.

Anónimo dijo...

Buen film. Ha sido denostado y defendido, casi a partes iguales. Quizás la mayoría ha dicho que es una basurilla que sólo ofrece violencia gratuita. Para mi gusto esto no es cierto. Es una buena cinta, con una mala leche impresionante, humor negro de buena calidad, riqueza de imágenes cromáticas... Un film difícil, que su director Stone eleva a categoría mayor con su buen oficio. Además de ésto, yo la encontré muy entretenida, por lo que no comprendo cómo algunos críticos han llegado a decir que es aburrida.