jueves, septiembre 20, 2007

Cassandra me da sueño

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La última gran película de Woody Allen, Melinda y Melinda, concluía con el grupo de amigos que sirve de eje para la reflexión acerca de las dos historias, firmando la victoria definitiva de la comedia sobre la tragedia. Acto seguido, Allen nos da la espalda y firma Match Point, una reactualización de Delitos y Faltas pero centrada en la ascensión en la escala social como algo paralelo a la ausencia de moral que tenía mucha más ironía de la que se veía. La segunda parte de su trilogía londinense, Scoop, aunaba ya sorprendentemente comedia que romance, y a pesar del espectacular regreso de Allen como Sid Waterman, la cosa era mucho más light de lo habitual. Cassandra's Dream el cierre de su aventura londinense es la peor de todas: la comedia aparece casi súbitamente, como intentando sobrevivir en la mente de un creador que ha renunciado a sus principios y se ha vuelto un payaso con ganas de ejecutar tragedias del todo plúmbeas, nunca superiores a las que hace referencia (Dostoievski, Shakespeare, Eurípides) y renunciando casi siempre en su esencia de lo trágico, tramas de auténtico y puritito cine negro.

Mientras que Match Point se dedicaba a mantener suspense con un giro final estupendo, El sueño de Cassandra es una película mediocre dirigida por un director genial. Esto significa: actores colosales, un personaje estupendo (el tío Howard, incomparable), escenas con ideas realmente buenas (¡esas pistolas de madera y ese asesinato alargadísimo y con errores!), alguna frase inequívocamente cómica (¡Por dios deja que vaya a ver su madre!) y un descubrimiento para el recuerdo: mucho más expresiva y elegante que Scarlett Johansson está Hayley Atwell, cuya voz y gestos llenan la pantalla. Por otro lado, El sueño de Cassandra presenta un montón de situaciones inexplicables y desaprovechadas: ¿por qué Angela desaparece de la función, presentada como femme fatale? ¿Por qué Kate deja de espiar a los dos hermanos? Si a eso le sumamos un final abrupto, el resultado es una película prescindible, capaz de agotar a los fans, y de hacernos preguntas como si a Allen debería interesarle jubilar su etapa europea y volver, por favor, a Nueva York o si debe escribir esa novela que nos prometió. O al menos libros tan geniales como Pura Anarquía.

4 comentarios:

Sett dijo...

Encontré tu blog de casualidad,y creo que me pondre a curiosearlo bastante.

Esta lleno de informacion.

Un saludo

Sett dijo...

Parece alucinante que no hayas tenido ningun comentario en el post sobre Twin Peaks.

Sera que fue hace mucho tiempo y no eras aun muy conocido.

Mycroft dijo...

Pero Alvy, una película al año es un ritmo en mi opinión abrumador...
Tal vez el error no tiene que ver con volver, como con tomarse un poco de puto tiempo en pulir el guión y pensar bien el enfoque.
Si yo fuera él, también grabaría allá donde la gente me aprecia.

Enrique Ortiz dijo...

De acuerdo con mycrof. Allen tiene las cualidades necesarias para entregar una obra maestra y se empeña (no sé por qué) en entregar, año tras año, meros divertimentos, algunos totalmente fallidos como Melinda y Melinda y otros, al menos, simpáticos, como Granujas de medio pelo. Habría que exigirle más, tendría que exigirse más. Un abrazo, Alvy.