jueves, noviembre 08, 2007

El regreso

Jiro Taniguchi se ha tomado la molestia de desmarcarse bastante de la carrera habitual de la industria mainstream del manga (ya sabem shonen/shojo como forma de vida) e intentar una carrera tebeística, como es habitual fatal editada en nuestro país, coherente e intentando realizar un comentario social nada molesto. Taniguchi comparte con Murakami un paisaje: nacidos a finales de los años cuarenta, están crecidos bajo la sombra de la segunda guerra mundial e incluso uno de los primeros tebeos de Taniguchi es una reescritura de Trouble is my business de Chandler, uno de los autores clave para entender novelas com A wild sheep chase. A pesar de ellos tienen voces (o se concentran en espacios) bastante distintivos: si Murakami es, con todo, el urbanita que tarde o temprano nos sumerge en Tokyo o en toda la geografía japonesa, Taniguchi está más interesado en ser la voz que surge de los pueblos y de la gente que allí crece.
Barrio Lejano (que comparte mucho con su obra El almanaque de mi padre, creada cuatro años antes pero que laa precede en su publicación española y no debe llevarnos al engaño) es un Norwegian Wood rural, íntimo o si lo prefieren, una versión pocha, pochísima de Regreso al Futuro. Un hombre de negocios japonés viaja en el tiempo pero lo hará para descubrir porqué su padre le abandonó. Aunque Taniguchi acusa un ritmo lentísimo, es capaz de generar dos interesantísimas sorpresas: los motivos del abandono paternal están en que, en términos metafísicos, podríamos decir que él no es el padre. Si biológicamente pero su autor explora el clásico tema del regreso tras la guerra, de la suplantación identitaria. Es imposible dejar atrás quien somos y el propio protagonista lo descubrirá.
Taniguchi no se priva de dejar algún gag sobre el viaje en el tiempo ni de mantener una interesante intriga con el hecho de que el protagonista puede cambiar el pasado, pero el problema no estriba en que no lo cambie (Barrio Lejano es una historia de motivos, no de posibilidades y el flashback dedicado al padre es magnífico) sino que asistamos a un forzadísimo happy ending, que debería dejar al menos una duda para la ambigüedad de su protagonista ya devuelto a su vida adulta.

2 comentarios:

Salanova dijo...

Perdone, querido, no podía aguantar más: http://elgatillo.podomatic.com/entry/2007-11-07T20_15_08-08_00

Luego, si quiere, me regaña por no hablar del tema del post. Mis disculpas.

kuroi yume dijo...

Cuentan las buenas lenguas que Ponent Mon lo traerá como invitado el año que viene al Salón del Manga de Barcelona. Si será verdad, ya veremos, pero sería todo un logro de la editorial.