miércoles, octubre 29, 2008

Más Poética de Fotolog

Achúchame, pero con la boina puesta o el triunfo del Otro Landismo.

Escribe Walter Benjamin que "En la fotografía, el valor exhibitivo comienza a reprimir en toda la línea al valor cultural", pero añade que "éste no cede sin resistencia". Sitúa como ejemplo Benjamin el retrato:

El valor cultural de la imagen tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos, lejanos o desaparecidos. En las primeras fotografías vibra por vez postrera el aura en la expresión fugaz de una cara humana. Y esto es lo que constituye su belleza melancólica e incomparable. Pero cuando el hombre se retira de la fotografía, se opone entonces, superándolo, el valor exhibitivo al cultural.

No sabemos cómo reaccionaría el pensador ante un retrato en un lavabo, modelado a partir del Photoshop. Pero las herramientas del fotolog simulan o ejecutan las mismas que las fotografías de revistas de Moda. Pero, poniéndome elitista les hablaría del Vogue, aunque no estaríamos tan lejos de Maxim.

Sin embargo la poética de fotolog es capaz de reproducir ese recuerdo de seres queridos y lejanos. Esa belleza incomparable por melancólica surge, aunque muchas veces en el mismo relato, cuando se descubre la combinatoria imposible entre pose y color, el código para descifrar esos labios machotes con los colores saltones de unos ojos (ay) ya nunca más marrones.

También es capaz de generar películas-estrella, auténticos emblemas generacionales. El ejemplo es El Diario de Noah, de repente, ideal del cine romántico. Una historia más bien lánguida sobre el Alzheimer, con su mayor clímax en el baile que tienen en una ciudad solitaria a ritmo de Billie Holiday. Dicho así, suena raro. Pero también es una historia de un guapo hombre, de hábitos cercanos a los del Carpintero Jesús, perteneciente a las clases bajas y una mujer dispuesta (a huir, claro, de esos aburridos salones de té, de esa clase social que le oprime y de esas novelas de Jane Austen que configuraron su dramaturgia). La poética de Fotolog (igualitaria, que se sueña siempre feliz) adopta pues una historia de amor imposible y con el romanticismo de clase que tanto gusta al gran público. Y la otra adopción, Moulin Rouge, es también intachable: la historia de un escritor-impostor y una prostituta, llamada Satine, aquejada de una tuberculosis que oculta y marcados por un villano lleno de crueldad y maldad. No es casualidad que que el tema central de la poética del Fotolog sea la impostura porque ese es el sueño mismo que mueve sus versos/imágenes en progreso: el de la suplantación, pero que al ser mayoritaria se rompe. El diario de Noa enseña que los pobres molan si están guapos (y se dejan barba), pero Moulin Rouge va más allá: expulsa una serie de canciones pop de las generaciones anteriores y las convierte en sinceridad ¡en una Francia deliberadamente inexistente! Moulin Rouge es perfecta para la apología de la poética del fotolog porque es algo más que el simulacro de lo auténtico, es la validación y legitimación de que simulacro es la palabra que usan ¡los malpensados!

Un ejemplo muy claro para entender la Poética de Fotolog y Moulin Rouge es la estupenda canción "Ella nace y se apaga" del grupo de hip-pop Dolce Rotta. Como predijo Kanye West en su fundacional Late Registration, Dolce Rotta adopta como sampler la canción soulpop y lleva su remix, no a la descontextualización inicial, sino a la continuación y a la evocación nostálgica. La letra no es más que una descripción veloz de una serie de imágenes de la cultura pop del último medio siglo en clave idealizada. También esos cadillacs, esos bailes nos llevan a Dirty Dancing, simulacro ochentero de romance prohibido ambietnado en los cincuenta en el que el baile ejercía de liberación ¡en una década! Su mejor heredera, en conservadurismo y falsas revoluciones, es Moulin Rouge: todo lo que tuvo que hacer Bazz Luhrmann es sobrecagar, con extrema torpeza y gustosa estridencia, los movimientos de cámara, pero la táctica era la misma, acentuada con más clichés (si cabe) melodrmáticos, socabados por salida de tonos que denotaban un rechazo frontal a la intensidad, sólo entendible a través de la interpretación (hetero) de Your Song. Dirty Dancing trató de sexualizar los inocentes oldies, Patrick Swayze mediante, obviando la fuerza bruta de la música negra y destinándola al baile, ergo, al reconocimiento social. Moulin Rouge va más allá: un director de marcada sensibilida gay se presta a cantar Your Song con, por y para los heteros y disponer que el cine nuevo, el que rompe tabúes y hace pensar a als nuevas generaciones, sea una reconciliación: entre los nostálgicos de Elton John y sus hijitos. Una reafirmación en la que padres e hijos confirman nada ha cambiado, pero al menos lo parece.

Entra en Los Ochenta / Es la Época de épocas cantan la Dolce Rotta. Y termina la canción porque ella nace y se apaga a la vez: el tema secreto de esta canción, cuya base era uno de los temas-estrella del soundtrack de Dirty Dancing, es el del bucle que empezaron los noventa, que nunca existieron hasta la llegada del 11S. Pero, más allá de esa tensión evidente, las nuevas generaciones reclaman la historia a golpe de síntesis totalizadora. Steven Soderbergh estrena películas del Che que no molestan y Mao anuncia KTFC. La canción lo responde casi en clave sociológica y lingüística, cuando dice que Hoy Marilyn ha Muerto / Y Martin y Kennedy / Por Eso Fumas Yerba. Así, la Dolce Rotta llama Classics a su disco y nos recuerdan que aún corre por nuestras venas toda la droga de Woodstock. Por Google Video, eso sí.

La última búsqueda de la Dolce Rotta estará en el futuro, claro, cuando la poética de fotolog será antigua.

1 comentario:

Luna Miguel dijo...

young songs
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young nin





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