martes, abril 07, 2009

Tarde de monstruos

Monsters vs. Aliens 3D (2009, Rob Letterman, Conrad Vernon)

¿Sirve la película para confirmar el auge de DreamWorks SKG? Siendo Kung Fu Panda más espectacular y bella de lo habitual, eso sí absolutamente canónica, a la divertida Monsters vs. Aliens 3D se le pedía un primer contacto mayoritario satisfactorio y un prometedor inicio de un caro y delicioso sistema de proyección que procura dar un mayor énfasis a las escenas de acción.

Fui al cine advertido por el maestro Vicente Luis Mora: es una película esencialmente intertextual. Nada más que añadir, más que la set piece de San Francisco o los abundantes gags convierten la película en una experiencia tan inmersiva que ya es tan pensando en sumar a la fiesta a más robots gigantescos. El humor, pues, bascula entre lo tontorrón (el imprescindible gag con Axel F de Superdetective en Hollywood), el chiste de la temporada (¡una verdad nada cómoda!) y los guiños sofisticadísimos que pasan desde el diseño de sus personajes, retocados de los altares de los clásicos dorados del género (incluyendo mujeres de 50 pies, sustancias blobsicas, criaturas legendarias de un lago, un mad doctor con problemas familiares con los insectos y al mismísimo Mothra), hasta algunos mucho más sofisticados (la melodía de Encuentros a la tercera fase, los codazos a la conspiranoia de X-Files y Men in Black, el primer contacto emulando Mars Attacks, la reunión y epílogo final como versión del Dr. Strangelove contado a los niños).

Es curioso que muchos de estos referentes fueran hiperbolizados en los años ochenta, como señaló Jesús Palacios en su Goremanía, con remakes casi siempre abiertamente gore, con excepciones hacia la comedia. Esta es una versión evocativa, sin todo el lirismo que Brad Bird vió implícito en el imaginario de una sociedad, pero con vocación feminista (atención a la escena de amenaza en la que se reescribe la escena amorosa en un coche), su gigantesca protagonista sobreviene su ruptura con felicidad e independencia y la película renuncia a su poética de monstruos, más familiar con Guillermo Del Toro, insinuando que los monstruos son no ya mejores, sino los auténticos superhéroes y superúnicos de una sociedad absolutamente estúpida cuya mayor amenaza es su presidente (al que da voz un inspirado Stephen Colbert) presto a ideas geniales como dar el mismo valor a un café y al Holocausto Nuclear que sus enemigos, un egocéntrico y muy divertido destructor de planetas llamado Gallaxar.

Todo el homenaje tiene razón de ser, claro y es la del título: convocar un homenaje a la ciencia ficción de la que se unen de forma natural sus dos variantes, las terrenales y las espaciales, y que se resuelven con un inteligente codazo nuclear, impropio de la compañía, una aventura que brilla sobretodo cuando Hugh Laurie acentúa el legado británico e histriónico de los doctores y Seth Rogen modula a su gusto un blob más versátil que puramente viscoso.

Dos codas:

1) Me comenta el maestro Absence que el villano Gallaxar es, efectivamente, una coda al alienígena que coronaba la gloriosa Invaders from Mars. También tuvo un simpático remake ochentero.

2) No debemos olvidarnos de la canción que cierra esta película: el Planet Claire de los B-52's, el grupo más netamente marciano de la historia del rock.

1 comentario:

absence dijo...

Añada que Galaxar recuerda mucho al alienígena de Invasores de marte de Cameron Menzies http://img.photobucket.com/albums/v646/bobmitchell/blog%20pics/invaders2-1.jpg
http://media.photobucket.com/image/invaders%20from%20mars/MedusaTCM/InvadersfromMars.jpg